miércoles, 9 de marzo de 2016

Caso Bivolaru: LA VERDAD que se esconde a espaldas de la campaña mediática



Fuente: www.yogaesoteric.net

En los últimos días, el caso Bivolaru – MISA hace una nueva sacudida por los medios de comunicación. Quien se esté tratando de informar a través de los medios de prensa sobre este caso, para tener una opinión correcta, puede ser confundido.

A pesar de la abundancia de las emisiones y artículos sobre este tema, es prácticamente imposible explicar cuales son los hechos reales que se encuentran en la base de el tema.

Asistimos a una campaña de intoxicación

La abundancia de emisiones y artículos sobre el caso Bivolaru no representa una real campaña de prensa, sino una campaña de INTOXICACIÓN de la opinión pública. Dado el hecho que se difunde una cantidad enorme de información, sin embargo contradictoria, sobre este tema, la mas media trata de crear una corriente de opinión desfavorable sobre Gregorian Bivolaru y la escuela de Yoga MISA.

El método es extremadamente eficiente, aunque nos podemos preguntar cómo es que tiene éxito, en condiciones en las cuales las emisiones en causa son, desde el punto de vista periodístico, mal realizado, insuficientemente documentados y, lo que es más grave desconforme a la verdad? Muy simple! En primer lugar todos los materiales difundidos son convergentes en el mismo punto: todos expresan una opinión negativa sobre Gregorian Bivolaru y MISA, todos inducen a una idea escandalosa o se refieren a aspectos inmorales reprobables. Es como en el caso del chismerío, pero en una escala millones de veces más grande. No importa la realidad, siempre y cuando las mentiras dichas inciten a ser expandidas, comentadas, etc. En segundo lugar, la intoxicación también pretende anestesiar la opinión pública con respecto a un tema determinado. Con otras palabras, lleva al público en un estado de desorden, confusión, saturación, inercia, en el cual ya no está mas interesado en lo que sucede en realidad con este caso. En el refugio de la confusión que es creada, las autoridades tienen suficiente margen de maniobra para las acciones abusivas.

Qué esconde esta campaña de intoxicación

La campaña mediática de intoxicación de la opinión pública en el caso trata de ocultar algunos hechos simples:

- Gregorian Bivolaru fue perseguido durante años bajo el pretexto que “pone en peligro la seguridad nacional”. Fue arrestado de un modo abusivo en el 2004, sin que existiera ningún mandato de seguimiento o pedido de captura en su nombre, sin embargo después fue acusado, en un caso inventado, por “acto sexual con una menor” (importante- la menor en causa niega esta acusación)

- El estado rumano ha gastado una suma inmensa de dinero, más de 5 millones de euros, para la investigación por medio de la que Gregorian Bivolaru ha sido acusado de „acto sexual con una menor” en condiciones en las cuales la presupuesta “victima” no reconoce los hechos y no tiene ningún tipo de reclamos.

- El estado rumano es culpable de muchos abusos contra Gregorian Bivolaru y otros practicantes de Yoga. Entre ellos: vigilancia y seguimiento ilegal, registros sin orden judicial, confiscación de la propiedad (robo), difusión de información falsa a través de los medios de comunicación, mantenimiento (por incitar a las autoridades) de una campaña mediática llena de odio que dirige a los practicantes yoga a ser marginados de la sociedad.

- De las numerosas acusaciones a través de las noticias que circulan de Gregorian Bivolaru, la gran mayoría no han llegado nunca a los tribunales, y no porque los fiscales no hayan tratado. Para las acusaciones en los tribunales, los tribunales han decidido que esos hechos no existen! La prensa continua publicando acusaciones sobre Gregorian Bivolaru como si se demostrara algún delito, cuando de hecho el ya ha sido absuelto.

- El estado rumano ha pedido de un modo abusivo pedido de captura europea de Bivolaru a Europol, por delitos como tráfico de menores y pornografía infantil. Esto hubiese sido posible legalmente solo si Gregorian Bivolaru hubiese sido condenado por esos delitos. La policía rumana ha hecho así una GROSERÍA FALSA por la cual ahora la prensa crea una cortina de humo, dando la impresión de que Gregorian Bivolaru es un infractor peligroso que es culpable de numerosos “delitos sexuales” (termino no definido desde el punto de vista jurídico)

Para esconder todos estos abusos, las autoridades rumanas tienen ahora necesidad de ser sostenidos por la prensa, que pregonan acusaciones cuanto más escandalosas, para distraer la atención de la falta de fundamento de este caso. Una campaña similar tuvo lugar en el 2004 cuando, a pesar de la violencia y los abusos fragantes de las autoridades sobre los yoguis, la opinión pública no tuvo ninguna reacción, y los culpables –entre las autoridades- nunca han sido sancionados.




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